Todos los deportistas desean conseguir resultados
extraordinarios.
La mayor parte de los deportistas nos hemos sorprendido
alguna vez viendo como nuestra velocidad, fuerza o coordinación eran, en
determinado momento, y sin ninguna explicación consciente, mucho mayores. A veces
hemos asistido, casi como espectadores, a nuestra propia ejecución inconsciente
de un golpe “mágico”.
Estos hechos son normalmente la entrada a un nuevo nivel de
juego, donde su repetición ya no es tan extraña, y pasamos entonces a aspirar a
algún nuevo reto. La sucesiva consecución de estos retos por parte de un
deportista lleva con el paso del tiempo a alcanzar niveles de juego superiores
y por lo tanto a alejarse de la media.
Algunos llaman a estas situaciones estados de flujo, otros,
el resultado de la completa concentración y otros (más metafísicos -Carlos
Castaneda-) a acumular poder mediante una vida impecable. El problema es que ponerles
nombre no ayuda directamente a conseguirlos.
En una ocasión, tras un entrenamiento en el club López
Maeso, pregunté a Pablo Lima al poco de llegar a España tras de ser campeón del
mundo de pádel en la categoría de menores de 18 años, si consideraba que el
progreso de un jugador era continuo o se producía a saltos. No dudó en
responderme que a saltos.
Todo esto está muy bien, pero entones ¿cómo conseguimos acceder a estas oportunidades de salto de
nivel? El coaching ha demostrado ser un proceso que prepara a los deportistas (y
a todas las personas) para conseguir el acceso a dichos resultados
extraordinarios.
Un ejemplo radical, además de reciente, lo tenemos en el
jugador canterano del Barça, Marc Bartra, que, como se puede ver en el
siguiente artículo de “Marca.Com”, sigue procesos de coaching desde hace 3
años. Este jugador en 3 años ha pasado por la selección sub-19 y sub-21, a ser
titular en el Barça, jugar la champions, llegar a la selección española y como
consecuencia renovar su contrato hasta el 2017.
“… buena parte de su
secreto está en su fortaleza mental. Lejos de lo que se pueda pensar, la mente
también se puede entrenar y es lo que ha hecho Bartra desde hace tres años.
Aconsejado por su representante, Mágico Díaz, se puso en manos de una empresa
de coaching, que le ha permitido superar situaciones adversas.”
Esta sería la parte “mental” del Coaching, tremendamente poderosa para facilitar el cambio.
Además, por si no fuera suficiente, tenemos la suerte gracias
a Tim Gallwey y su “juego interior” (yo la tuve especialmente pues fue mi
profesor de Coaching) de que exista una manera de entrenar la técnica
mediante el Coaching no directivo, la cual ayuda a aprender o mejorar
rápidamente cualquier golpe eliminando nuestras interferencias.
En los siguientes posts explicaré cómo eliminar las
interferencias y entrenar mediante el “juego interior”
Mientras tanto… ¿Cómo te encuentras en relación a tu
objetivo?
¡Hasta pronto!
Muy interesante!
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